Este proyecto tiene como propósito proceder a la rehabilitación de varios portales, manzanas o zonas de la ciudad consolidada, de manera coordinada y previamente programada, trascendiendo de este modo el ámbito de un simple portal. Se busca con ello conseguir economías de escala, tanto desde el punto de vista económico (posibilidad de licitación conjunta, menores gastos de gestión), como administrativo (posibilidad de presentar un expediente conjunto, agilidad en la tramitación), a la vez que poder ofrecer soluciones constructivas y arquitectónicas más homogéneas (en su tratamiento, calidades o acabados) a manzanas o zonas que guardan una relación estrecha en el entramado urbano.
Las viviendas deberán adecuarse a las nuevas exigencias de la sociedad.
Esta demanda ciudadana respecto a la vivienda pasa por la rehabilitación integral de las mismas, con el objetivo de adaptarlas a los criterios de habitabilidad y de conseguir una vivienda de consumo casi nulo.
El confinamiento por el COVID ha puesto en evidencia la falta de terrazas, espacios flexibles, luz natural y ventilación de nuestras casas, coincidiendo con este periodo con una bonanza climática. Nuestra experiencia nos dice que, ante un más que probable confinamiento en invierno, se pondrá de manifiesto la precariedad de nuestras viviendas en eficiencia energética y falta de confort.
Por un lado, la estrategia de intervención deberá basarse por tanto en la adecuación de espacios que sean versátiles en su concepción y polivalentes en su uso, garantizando una flexibilidad que nos permitirá realizar las modificaciones futuras necesarias con el menor esfuerzo posible y con el menor gasto de recursos.
Cuanto más adaptable sea un espacio prescindirá en menor grado de costosas y complejas soluciones a lo largo de su vida útil.
Esta flexibilidad de configuración espacial interior se puede realizar mediante distribuciones transformables. Se tratan los tabiques como piezas móviles, como si fueran mobiliario. Los paneles deslizantes pueden ser retirados a voluntad expandiendo o subdividiendo el ambiente de acuerdo a las condiciones de la familia. Este espacio articulado permite la utilización de puertas, y armarios pivotantes para reconfigurar la planta de acuerdo con cambios horarios, episódicos o estacionales.
De la misma manera, en la conservación y rehabilitación de las obras existentes, la actuación pasará por incrementar el confort y mejorar instalaciones, sobre todo una mejora del aislamiento térmico y acústico, así como la estanqueidad en las viviendas y la equipación de ventilación mecánica con recuperador de calor.
Con este camino de intervención se garantizará un nivel de calidad y confort adecuado para los usuarios minimizando el gasto de energía, consiguiendo que la vivienda tenga un consumo casi nulo.
Prácticamente todas estas intervenciones disponen de subvenciones, siendo obras protegibles aquellas que pueden afectar tanto a las viviendas como a los elementos comunes del edificio: escaleras, cubiertas, fachadas, etc. y estarán destinadas a:
Conseguir la adecuación estructural o funcional del edificio.
El contexto global económico es alarmante, y las previsiones en cuanto a suministro energético (crisis acuciante del petróleo) son muy duras. Esta situación se ha visto agravada por el COVID-19, catalizador de esta tormenta económica, haciendo de este tiempo un momento de gran incertidumbre. Estamos en la cornisa frente al abismo.
El coste de no ser eficiente será grande.
Debemos elegir; o realizar una inversión que minimice las consecuencias de la crisis energética o sufrir una falta de confort en nuestras viviendas por el encarecimiento y/o ausencia del combustible.
No aislar el edificio significará gastar más, en el mejor de los casos.
La decisión de no mejorar la envolvente no será gratuita, ya que el coste energético será mucho mayor, y corremos el riesgo de padecer problemas de suministro que no permitan mantener una temperatura óptima en nuestra vivienda.
Una actuación en la envolvente se puede financiar durante 10 años quedando 80€/mes por vivienda (inversión en aislamiento – ahorro en calefacción). Tendremos un ahorro de un 75% de calefacción respecto a una convencional.
La nueva normativa nos obliga además a que todas las intervenciones sobre los edificios consigan que sean de consumo casi nulo
La fachada dará respuesta al clima y al lugar, a su memoria y paisaje, en este momento de cambio social y tecnológico.
Se mejorará la estética del edificio y se revalorizará la vivienda.
Hablamos de Aislamiento, de Control solar, de hermeticidad al exterior. Tendremos en cuenta el tiempo futuro, su futura transformabilidad y/o ampliaciones.
Se trata de actuaciones por el EXTERIOR, sin trabajos en el interior de las viviendas. Se genera un espacio de gran confort, con temperaturas constantes, se evitan paredes frías y se mejora el aislamiento acústico, en un espacio saludable en ausencia de condensaciones.
Tendremos además la opción de la ventilación mecánica con recuperador de calor, que nos ahorrará las perdidas energéticas en ventilación.
Es mejor rehabilitar, poner en valor lo existente, conservando la pátina de la historia y actuando con el alma de la innovación, de la actualidad, por medio de la nuevas técnicas.
La ciudad deberá ser sostenible para reducir la huella ecológica y llegar a un equilibrio con el territorio:
Autosuficiencia energética, generando la energía que consumen sus edificios, de ahí los edificios de consumo casi nulo. La necesidad de aislar las viviendas existentes.
Autosuficiencia alimentaria: produciendo y consumiendo alimentos de proximidad.
Reducción de vehículos particulares. Transporte público
Ciudades de residuos cero, de economía circular.
Infraestructura verde a nivel urbano
La ciudad sostenible tiene que hacer el recorrido inverso que ha seguido la ciudad globalizada.